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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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09-07-2015

 

 

Sobre Grecia y la UE

La Europa sonámbula y el  "nada después de la muerte"  de Grecia 

 

 

SURda

Grecia

Judy DempseyThe Moscow Times  , 6 de julio 2015 

 

Traducción: Fernando Moyano



La decisión de los griegos a votar NO en el referéndum del domingo a nuevas medidas de austeridad a cambio del rescate del Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, sin duda puede gustar a los europeos que quieren ver la espalda de una Grecia que se va. 

Ellos, incluyendo la opinión pública alemana, creen que sería mucho mejor para los otros 18 miembros de la zona euro que ocurriese un Grexit   - Grecia renunciando al euro y volviendo a su antigua moneda dracma. 

Pero, ¿en qué mundo viven? ¿Realmente creen, los gobiernos europeos y las instituciones de la Unión Europea,  que podrían capear una tormenta como el Grexit, se engañan a sí mismos creyendo que esta crisis de la zona euro terminaría simplemente con que Grecia se vaya? 

Si realmente creen esto, entonces Europa es el un sonámbulo que va hacia su propio "nada después de la muerte". 

Y no sólo eso. Un Grexit tendría inmensas repercusiones de la crisis en Ucrania. Las crisis de Grecia y Ucrania están conectadas. Ambos son acerca de la capacidad de la UE y sus 28 estados  de hacer frente a las crisis que ponen a prueba su legitimidad y su capacidad  de pensar y actuar en forma estratégica. 

Ambas crisis son sobre las ambiciones de política exterior de Europa, si es que tiene alguna. Ambas son también sobre la UE como un bloque unido y fuerte, dispuesto a hacer un esfuerzo en el apoyo a Ucrania y a Grecia, que  necesitan reformas largamente esperadas. 

Estos reformas implican liberar a ambos países de la corrupción endémica y deshacerse, o al menos debilitar en la medida de lo posible, el parasitismo nefasto que ejercen los oligarcas sobre los sistemas políticos de ambos países. 

Se trata de establecer reglas de gobierno, transparencia y cuentas claras. Si la UE no retiene a Grecia, miembro de la UE y de la OTAN, entonces  ¿cómo diablos se va a hacer para integrar a Ucrania?  

Ni que decir cabe que Rusia ve complacida como la UE se empantana en ambas crisis, e intentará aprovechar en su propio beneficio la falta de unidad de ese bloque. 

Putin ha expresado su simpatía por la posición griega, y hablado por teléfono con Tsipras el lunes. Pero esta simpatía no se ha traducido en una oferta rusa de ayuda financiera. Rusia tiene sus propios problemas económicos. 

Lo último que Rusia quiere es una UE fuerte, política y económicamente integrada. 

Si no se evita que Grecia salga de la zona euro, la UE puede despedirse de cualquier integración política y económica de aquí en más. 

Después de todo, se supone que la idea y la lógica ineluctable de la unión monetaria es que conduzca a una mayor integración política y económica. 

Así las cosas, la crisis griega ha puesto de manifiesto cómo los gobiernos y las preocupaciones nacionales han tomado una prioridad cada vez mayor sobre la idea visionaria de comunidad europea. 

Durante esta larga crisis, ni el primer ministro radical de izquierda Alexis Tsipras de Grecia ni los líderes de la Unión Europea, en especial la canciller alemana Angela Merkel y su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, han discutido alguna vez sobre un Grexit que pondría un freno a la integración europea, para no hablar de los daños causados a la reputación internacional de la UE. 

La posición de Merkel es comprensible pero no justiificable. 

Ha tenido que sopesar por un lado la credibilidad de la UE, y por el otro la opinión pública alemana que es cada vez más anti-griega y menos dispuesta a prestar más dinero a Grecia, a menos Tsipras se trague el sapo e introduzca reformas estructurales largamente postergadas. 

Merkel, en realidad, no es una gran fan de la integración europea. 

De hecho y en todo caso desde que se convirtió en canciller alemana en 2005, se ha distanciado de la firme defensa de una mayor integración en Europa,  articulando los intereses de los gobiernos nacionales. 

La postura de Schauble es más desconcertante. Si tomamos en serio sus discursos durante todos estos años, estaría profundamente comprometido con la integración política y económica europea. 

Pero de alguna manera su fe en el futuro de Europa como un bloque fuerte, unido e integrado, ha pasado a un segundo lugar para forzar a Grecia a adoptar duras medidas de austeridad con el fin de garantizar la credibilidad del euro. 

Es extremadamente difícil ver cómo podría Schauble, tan demonizado por la prensa griega como si sólo él fuese en cierto modo responsable de los problemas en ascenso de Grecia, encontrar alguna manera de mantener a Grecia en el euro. 

Si Grecia sigue formando parte de la zona euro con la promesa de emprender reformas serias, entonces podría ser momento de Schauble para presionar por un cambio de política en la Europa de Merkel. 

Tal vez esta larga y amarga crisis griega pueda tener su lado positivo. Y es esta: que Alemania y los demás países de la zona euro utilicen la crisis griega para revivir y demostrar la necesidad de una mayor integración económica, política e incluso fiscal. 

La crisis griega muestra que el momento de hacerlo es ahora, en lugar de perder la iniciativa frente a los casos crecientes de partidos euroescépticos y populistas que están surgiendo en toda Europa, salvo Alemania. 

Eso exigirá inmenso liderazgo de Berlín. No puede afirmarse que en este momento Merkel esté a la altura de este desafío. 

Fuente:  http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/europe-sleepwalking-into-oblivion-with-greece/525152.html?utm_source=email_tmt-editorial&utm_medium=email&utm_campaign=20150707_daily&utm_content=title_9  


 
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